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La historia de las postales bordadas antiguas

La historia de las postales bordadas antiguas

Hay un tipo de tarjetas bordadas de inspiración flamenca que datan de los años 50 y 60, y que estuvieron muy de moda en España en aquella época y en las décadas siguientes. Debido a su enorme popularidad, mucha gente cree actualmente que el invento se dió aquí, en la península ibérica. Sin embargo, la historia de las postales bordadas es mucho más antigua. Así que retrocedamos unas cuantas décadas…

Las tarjetas de seda bordada en la Primera Guerra Mundial

Postales bordadas de seda de principios de siglo XX
Postales bordadas de seda de principios de siglo XX – Foto: TRC Collection

Aunque hay registros de ellas casi una década antes, no fue hasta inicios del siglo XX que las tarjetas postales de seda bordada adquirieron una gran relevancia. Se trata de una base de cartulina en blanco sobre la que se pega una pieza central de seda, bordada a mano con hilos de colores y diferentes motivos. Para completar la composición y cerrar los bordes, se añade un marco de papel en relieve.

La producción alcanzó su punto álgido durante la guerra de 1914-18, ya que el formato resultó muy popular entre los oficiales y soldados aliados destinados en Francia. Muchos combatientes, en especial los británicos y canadienses, las enviaban masivamente a sus seres queridos en casa.

Postal bordada de la Primera Guerra Mundial
Postal bordada de la Primera Guerra Mundial – Foto: TRC Collection

Los diseños eran muy trabajados, generalmente de temática militar, patriótica o sentimental. Abundaban las banderas, insignias y fechas importantes, pero también se hacían ilustraciones más oníricas, con flores, mariposas, pájaros, lazos y arco iris. Los colores vivos de los hilos y la imponencia de la composición ayudaban a distraer del dolor de la guerra. Era una manera en la que los soldados le enviaban un mensaje esperanzador a sus familias.

Tras la primera Guerra Mundial, la popularidad de estas tarjetas resurgió en 1939-40, cuando de nuevo los combatientes de la segunda gran contienda las enviaban a casa. Estos últimos ejemplares suelen tener colores más apagados y un borde “ondulado”. Se cree que hasta 1950, más de 10 millones de tarjetas fueron producidas y enviadas a todas partes del mundo.

Las tarjetas bordadas en España

La fiebre de la producción de tarjetas bordadas llegó también a España. Pero eso sí, un poco más tarde que en el resto del continente, y con importantes diferencias. La más notable de todas es el hecho de que el país se mantuvo neutral durante las dos guerras mundiales. Así, la temática militar fue completamente substituida por imágenes de la realidad cotidiana de las poblaciones regionales. Los bordados mostraban trajes locales de cada región, personajes como toreros, bailaoras flamencas, figuras religiosas…

Postal bordada con ilustración de Elsi Gumier
Postal bordada con ilustración de Elsi Gumier – Foto: Blog You may be wandering

Otra diferencia relevante es que la mayoría de tarjetas bordadas en España no se hacían en tela de seda, sino con una base de cartulina previamente impresa con una ilustración. En vez de crear un diseño con hilos, los bordados completamentaban un diseño impreso, mezclando dos tipos de texturas. Con los años, se empezó a añadir trozos de tela al bordado, creando llamativos efectos tridimensionales, como en el caso de las imágenes de flamencas. Todo esto hizo que aquí también las postales bordadas ganaran mucha importancia, manteniendo su popularidad hasta casi finales del siglo XX.

Uno de los nombres que siempre se asocian a estas tarjetas en España es el de la artista Elsi Gumier, que además de ser pianista y actriz, también era una ilustradora de gran destreza. Trabajó en la industria del cine como intérprete musical y animadora, siendo una figura precursora del cine de dibujo animado en el país. Tras la Guerra Civil, Elsi se dedicó a realizar ilustraciones para las postales de trajes típicos y a dar recitales de piano en Cuenca, su ciudad natal. Empezó a colaborar con grande empresas editoriales como Postales Alcalá y Heliotipa Artística Española, que distribuían las tarjetas a todo el país. Otros artistas era Isabel, Iraola o María Rosa Bendala.

Las postales bordadas en la actualidad

A diferencia del resto de Europa, donde su popularidad cayó una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, en nuestro país las postales bordadas se mantuvieron de moda hasta la década de 1980 aproximadamente.

Postales vintage de inspiración flamenca
Postales vintage de inspiración flamenca

Los primeros años de posguerra en España estuvieron marcados por la precaria situación económica, la represión y el aislamiento internacional. La dictadura franquista intentaba limpiar su imagen con el flamenco, usándolo como símbolo de identidad nacional y base de la industria del espectáculo del régimen. A la vez, a partir de los años 60, el gobierno pasó fomentar el turismo internacional a gran escala con el famoso slogan “Spain is Different”. Tal vez por esta razón las tarjetas dejaron de ilustrarse con los minuciosos dibujos de los trajes regionalistas, que se cambiaron poco a poco por coloridas fotografías de bailaores en los tablaos o de monumentos locales.

Sea como fuere, la jugada dio sus frutos y actualmente aún se venden reproducciones de dichas postales como un souvenir kitsch en todos los cantos del país y también internacionalmente, evocando una nostalgia decadente mezclada con un pasado algo turbio… Muy probablemente habrás visto una de estas en alguna tienda de recuerdos, ¿verdad? Y es que, para bien o para mal, una bailarina flamenca estampada en una postal encarna el icono más reconocible y tópico del imaginario colectivo mundial sobre España.


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