Aquí va el segundo post de la serie “Un mundo Fantastik de colores”. El objetivo es recopilar rincones del mundo que resumen la filosofía de Fantastik. Lugares que son muy auténticos, originales y desde luego que tengan muchos colores por todos los lados.
En nuestro perfil de Instagram se pueden ver todos estos lugares, buscando por el hashtag #unmundofantastikdecolores.

Los edificios arco iris en Hong Kong
El principal y más conocido mundialmente es el complejo residencial “Choi Hung Estate”, y es una de las urbanizaciones públicas más antiguas de Hong Kong. Fue construido en los años 60, con la intención de ofrecer vivienda asequible a la población local, frente a los altos alquileres del centro de la ciudad.
Son 11 bloques con más de 7.400 pisos, albergando a casi 43.000 personas. Además un aparcamiento, cinco escuelas y varias tiendas y restaurantes en la planta baja de cada bloque. Pese a estas impresionantes cifras, lo más atractivo y visitado de esta urbanización es la cancha de baloncesto y los apartamentos con la fachada multicolor que hay detrás.
Otro edificio público que destaca por sus colores es la escuela pública de Sham Shui Po. Las paredes exteriores de cada planta están pintadas de un color diferente, creando una fachada de arco iris que es realmente un espectáculo de fantasía.
Además de Sham Shui Po, las instalaciones del Hong Kong Park, la Escuela en Memoria del Padre Cucchiara y la Escuela en Memoria de Tung Chi Ying del Hospital Yan Chai (¡buf, vaya nombre más largo!) también tienen fachadas similares con rayas de arco iris.
Todas estas edificaciones y su arquitectura tan colorida atraen a miles de turistas, fotógrafos y entusiastas de la arquitectura cada año. Y se están transformando en un sitio de peregrinaje obligado para muchos instagramers, con lo bueno y lo malo que esto conlleva.
(más información: Time Out Hong Kong)
Unas escaleras con mosaico en Rio de Janeiro

Debido al especial relieve de su territorio y su ubicación geográfica, se pueden ver varias escaleras urbanas entre los edificios de Rio de Janeiro. Entre los barrios de Santa Teresa y Lapa se encuentra la más conocida de ellas, la llamada Escadaria Selarón.
Obra del artista chileno Jorge Selarón, son 215 peldaños decorados artísticamente, revestidos de piezas de cerámica de diferentes colores y formas. Él comenzó esta tarea en 1990, un poco después de que se mudase a los alrededores del lugar. Utilizando pedazos de espejos rotos y de cerámicas de baño, empezó a decorar la escalera fea y manchada de orina que se encontraba al salir de su casa. Al inicio solía escarbar meticulosamente entre los desechos de las construcciones, buscando las piezas perfectas para usar en su diseño. Posteriormente, los locales y los visitantes ayudaron, aportando azulejos de varios países del mundo.


La estética colorista ha convertido esta escalera en todo un distintivo de la ciudad y en una de las atracciones más populares para ser visitadas en Rio. De hecho, artistas de la talla de Snoop Dogg & Pharrell Williams o U2 han grabado videos musicales en este lugar. E incluso fue el escenario del video promocional de los Juegos Olímpicos en el año 2016.
El palacio de la ciudad rosa de India
Cada vez que viajamos a India intentamos visitar la región de Rajastán, en el norte del país. El edificio tan peculiar de la imagen está ubicado en Jaipur, la capital del estado. Su nombre es Hawa Mahal, lo que en español se traduce como el Palacio de los vientos. Servía como extensión del palacio del marajá, y permitía a las mujeres de la casta superior observar la vida en la calle sin ser vistas.
Y no solo esta construcción es de color rosa, sino que casi toda la ciudad tiene unos tonos rojizos y/o pasteles. Razón por la cual a Jaipur se le conoce como “la ciudad rosa de India”.
Hay varias leyendas que explican el porqué de este color característico. La más extendida dice que el rosa simbolizaba la hospitalidad para los dirigentes de Jaipur. Entonces el Maharajá Ram Singh ordenó a sus súbditos que pintasen las fachadas de los edificios más importantes para recibir a los visitantes.
Una de las mujeres predilectas del Maharajá le convenció para mantener el color de las paredes e incluso prohibir pintar cualquier otro edificio en cualquier otro color diferente, un deseo que quedó reflejado como una de las leyes de la ciudad.