La iniciativa de compilar las curiosidades de la navidad en diferentes partes del mundo la empezamos el año pasado. Era el primer año que celebrábamos las fiestas con el impacto de la pandemia, y era algo insólito. Ahora, por segundo año consecutivo, tenemos muchas medidas preventivas y restricciones debido a la difícil situación sanitaria.
Pero no nos dejemos llevar por lo duro de todo esto, sino que miremos por el lado peculiar (y sorprendente) de la situación. Porque celebrar la Navidad de forma diferente es muy común en todas partes. Por ejemplo, en Ucrania es costumbre decorar el árbol con telarañas, en Perú la gente se pelea a puñetazo limpio y en Portugal hay gente que separa un lugar en la mesa para los muertos. Pero empecemos la lista de curiosidades navideñas con una tradición muy local aquí en Cataluña.
La tradición del Caga Tió
Aunque parezca increíble, en tierras catalanas Santa Claus es casi un desconocido. Cuando llega la Navidad, los niños sólo tienen ojos para el Tió: un tronco de madera con una sonrisa, con dos patas de palo y una barretina, el típico gorro catalán, en la cabeza. Y lo más increíble es que en vez de traer los regalos, el tronco los “caga”.
Desde inicios de diciembre, las familias colocan el Tió en algún rincón de la casa, abrigado con una manta para que no pase frío. Los más pequeños de la casa se aseguran de que tenga comida cada día. De hecho, cuanto más mejor, porque así el Tió será más generoso.
En Nochebuena, después de la cena llega el momento más esperado y todos se juntan alrededor del Tió. Los niños cogen un palo cada uno, y mientras cantan una pegadiza canción, le golpean al tronco, “ayudándole” a cagar los deseados regalos debajo de la manta.
Sí, es verdad, puede sonar muy muy muy raro para alguien que sea de fuera de Cataluña o Aragón. Pero es lo que tiene la magia de la Navidad… Si un anciano gordinflón va en un trineo del que tiran unos renos voladores, ¿por qué no puede un tronco mágico sonriente cagar regalos? 😉
Decorar el árbol con telarañas en Ucrania
Puede parecer que es Halloween, pero os aseguramos que es Navidad… En vez de adornos, oropeles y estrellas, los ucranianos usan decoraciones que imitan la formación natural de las telarañas que brillan con el rocío.
La tradición se remonta a un cuento popular sobre una viuda pobre que no podía permitirse decorar un árbol para sus hijos. La leyenda dice que las arañas de la casa se apiadaron de la difícil situación de la familia y tejieron hermosas telarañas por todo el árbol. Los niños se despertaron la mañana de Navidad y se alegraron de que el árbol estuviera todo decorado.
Uno de los niños abrió la ventana y el sol entró lentamente por la casa, hasta llegar al árbol de Navidad. Entonces las telarañas brillaron de un reluciente color plateado y dorado, haciendo que la ocasión fuera mágica para esta familia. A partir de ese día, la viuda nunca más se sintió pobre, y siempre estuvo agradecida por todos los maravillosos regalos que ya tenía en la vida.
La típica pelea navideña en Perú
¿Tú eres de los que cada año se enfada sólo con imaginar el suplicio de aguantar los chistes de tu cuñado en la cena familiar? Pues sigue leyendo…
En Perú existe una curiosa forma de resolver los conflictos y malentendidos el día de Navidad. Es una ceremonia que se conoce como “Takanakuy”, que en quechua quiere decir “golpearse entre sí”. Suele celebrarse en una plaza pública habilitada para la ocasión y acuden todos los vecinos de la población.
Quien tenga algún conflicto pendiente que solucionar se coloca en el centro de la arena y nombra a su oponente en voz alta. La persona en cuestión deberá presentarse frente a él / ella y durante tres minutos está permitido pelearse entre sí (puñetazos y patadas incluidas).
Los duelos se usan para arreglar viejas rencillas o simplemente por el deseo de participar de la tradición. Eso sí, siempre dentro de un marco festivo. Una vez resueltos los problemas, todos los presentes disfrutan de la gastronomía, bebida y baile tradicional. Los oponentes a menudo se irán juntos a beber alcohol, algo que, según la costumbre, ayuda a mitigar el dolor de los golpes.
Esta forma tan diferente de celebración no tiene tanto que ver con la Navidad, sino que con una antigua tradición indígena vinculada al solsticio de invierno. Tras la llegada de los europeos esta costumbre se mantuvo, junto a las del catolicismo. Aunque inicialmente se realizaba sobre todo en el sur de Perú, hoy en día se ha trasladado hasta otros puntos del país, incluso a algunos barrios de la capital.
Cubiertos extras en la cena navideña portuguesa
Hay muchas similitudes entre España y Portugal en la manera de celebrar la Navidad. Pero también hay algunas tradiciones que son diferentes, como la comida.
En la cena de Nochebuena, también conocida como “Consoada”, no puede faltar el bacalao cocido o el pulpo guisado. De postres, las “rabanadas”, un dulce parecido a nuestras torrijas, o el famoso “Bolo-Rei”, que se asemeja al roscón de Reyes en España. Bien, hasta aquí nada muy inusual, ¿verdad?
Lo curioso de la Consoada es que en muchos hogares la familia deja un puesto libre en la mesa, con los correspondientes cubiertos y platos puestos. Esta costumbre, que se realiza de norte a sur del país, incluyendo a las islas, tiene un significado distinto en cada lugar.
Para algunos, dejar un sitio libre durante la Consoada permite que los fallecidos a lo largo del último año puedan disfrutar de su última cena de Nochebuena con sus familiares. Otros lo hacen pensando en que sus familiares fallecidos, al acudir a esa cena, se llevarán consigo a los posibles espíritus malignos que habiten en la casa. Hay incluso quienes piensan que los Ángeles custodios de Jesús son extremadamente golosos y acudirán a comer los numerosos dulces que se sirven aquella noche.
Otra cosa que se realiza en Nochebuena es irse a dormir sin haber quitado de la mesa los restos que han sobrado de la cena. De este modo, se cree que acudirán las almas que se encuentran en el purgatorio para alimentarse de las sobras de la Consoada.
Esconder las escobas en Noruega
Durante las fiestas no se suele pensar en los artículos de limpieza hasta que se acaba la celebración, ¿verdad? Sin embargo en Noruega, cuando llega la Navidad, mucha gente se centra en las escobas.
La cultura popular en este país se inspira en muchas tradiciones y costumbres paganas. Una de estas creencias dice que en Nochebuena los espíritus malignos y las brujas salen a hacer de las suyas, asustando y molestando a los más desprevenidos. Por lo tanto, para un noruego supersticioso, lo mejor que puede hacer es coger todas las escobas de la casa y esconderlas. Así se evita que las traviesas brujas las roben para volar en ellas.
Otra curiosidad navideña en Noruega es el tradicional arroz con leche en el que se esconde una almendra entre varias raciones. La persona que encuentra este fruto seco en su ración es recompensada con un dulce de mazapán con forma de cerdito. Ah, y hay que reservar siempre una pequeña cantidad a unos gnomos llamados Nisse. Según se cree, estas pequeñas criaturas dejan regalos si tienen la barriga llena, pero gastan bromas y causan problemas si no reciben su ración de arroz con leche.
